ERENA CALVO / Casablanca
Especial para EL MUNDO
El juicio se celebraba en el Tribunal de Primera Instancia de Ain Sbaa, en Casablanca, y también estaban presentes otros colegas de la Agencia Canaria de Noticias, ABC y la agencia Efe.
Los siete saharauis que iban a ser juzgados están acusados de atentar contra la seguridad del Estado tras viajar hace más de un año a los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia. La vista oral fue aplazada hasta el próximo 14 de diciembre.
Cuarenta minutos antes de que comenzara el juicio, civiles y hasta medio centenar de abogados marroquíes abarrotaron la sala, de forma que no quedó prácticamente sitio para los saharauis ni para los observadores internacionales que se presentaron en el juicio, entre ellos una docena de miembros del Consejo General de la Abogacía Española.
Ciudadanos marroquíes esperaban la entrada de los tres saharauis que siguen en prisión -los otros cuatro activistas están en libertad provisional- con banderas nacionales e imágenes de Mohamed VI, mientras gritaban «Sáhara marroquí», «traidores» o «Melilla marroquí».
Los tres saharauis, pesos pesados del activismo en el Sáhara Occidental, hicieron su entrada en la sala ataviados con sus darraas (vestimenta masculina saharaui), haciendo el símbolo de la victoria y entonando cánticos independentistas. En ese momento se desató una auténtica batalla campal.
«La vista ha sido lamentable. Los mismos abogados marroquíes han participado en las agresiones», aseguró el magistrado Jesús Martín.
Por todo el tribunal se paseaban decenas de marroquíes que insultaban e increpaban a la prensa española, llamándoles «maricones», gritando el nombre de «Franco» y conminándoles a cubrir el conflicto del País Vasco.
Los dos periodistas agredidos salieron del tribunal con contusiones leves. Ambos reporteros, al igual que algunos corresponsales españoles, sacaron su cámara de fotos cuando comenzó el alboroto. Y pese a que los periodistas marroquíes sí estuvieron autorizados a tomar imágenes, los españoles no recibieron el mismo trato. «Cuando saqué mi cámara, empezaron a darme patadas y puñetazos y me escupieron», relató Parreño, que fue herido en su ojo derecho después de que le aplastaran las gafas de un golpe.
«Unos policías vestidos de paisano me llevaron a la calle, donde me tiraron piedras, y luego me trasladaron a otro edificio, donde me tomaron declaración», continuó.
A Marín le partieron el labio de varios puñetazos. «La policía me trató bien, pero me hicieron borrar todas las fotos que había tomado». Los dos estuvieron retenidos más de hora y media.
Decenas de policías uniformados y de paisano se encontraban presentes durante el alboroto, aunque no intervinieron hasta que varios de los asistentes resultaron heridos.
Más de medio centenar de saharauis estuvieron bloqueados junto a parte de la delegación de observadores hasta pasadas las 17.00 horas. «No podían salir porque había decenas de marroquíes increpándoles en el exterior y temían por su integridad», dijo el abogado español Luis Magrané.
El cónsul en Casablanca, Carlos de Lojendio, se desplazó hasta el tribunal para atender a los periodistas agredidos y a los abogados españoles, quienes, pese a sus indicaciones, prefirieron no abandonar el tribunal hasta que salieran todos los saharauis, para garantizar su seguridad.
«Les he pedido que me acompañen, pero no han querido y la protección consular tiene un límite», manifestó De Lojendio.
El ataque contra ambos periodistas ha tenido lugar tres días después de que el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Fassi Fihri, arremetiese en Madrid contra la prensa española, de la que dijo que «trata todo lo que se relaciona con Marruecos y su Sáhara prefiriendo torcer la realidad».
Su homóloga española, Trinidad Jiménez, dijo no compartir la política informativa de Marruecos, pero sí respetarla.
Hoy se conmemoran en Marruecos 35 años de la Marcha Verde, operación con la que Hasán II se anexionó el Sáhara Occidental tras la salida de España de su ex colonia.
Esto es el pitorreo padre, se nos rien en el morro en todas partes. Queremos un gobierno que nos defienda.
ResponderEliminarNo nos merecemos un gobierno que nos mienta (palabras dichas por rubalcaba).