Bilbao / Madrid
La campaña, con el lema Libertad para Arnaldo, fue decidida en septiembre, según informa la agencia Vasco Press, que cita unos documentos en los que la izquierda abertzale alega que adopta esta iniciativa «dentro de la ofensiva política a favor de los mínimos democráticos que queremos poner en marcha», entre los que destaca su «derecho a desarrollar un trabajo político con normalidad». Según los organizadores, la izquierda abertzale no podrá hacerlo «mientras su interlocutor, Arnaldo Otegi, continúe encarcelado».
No sería la primera vez que el resto de los presos de ETA muestra su enfado porque su brazo político salga en defensa de sus representantes de manera prioritaria. Por eso, en el texto, los convocantes se toman la molestia de especificar que el encarcelamiento de Otegi es, ante la opinión pública, «el ejemplo más claro del estado de excepción al que está sometido este país» y que deben «saber aprovechar esa realidad». «No estamos diferenciando entre presos políticos vascos, estamos utilizando una decisión del Estado para volverla en su contra, en favor del proceso y fortaleciendo la línea política marcada», explican.
El objetivo de Batasuna es desarrollar la campaña sobre todo en el ámbito internacional, buscando apoyo de personalidades relevantes, aunque en una primera tanda ha anunciado un acto en el que estarán presentes el diputado de ERC Joan Tardá, el fundador de HB Txomin Ziluaga, la representante de Izquierda Castellana Doris Benegas, la que fuera fundadora de IU Ángeles Maestro y el escritor Carlo Frabetti.
La izquierda abertzale, dispuesta a aprovechar todos los elementos en su favor, señala que la publicación reciente de una entrevista con Otegi ha creado «una ocasión inmejorable para agudizar aún más las contradicciones políticas del Gobierno español, y es por ello que creemos llegado el momento de impulsar con fuerza una dinámica a favor de la liberación de Arnaldo».
Los argumentos de defensa que ha planteado Otegi, y que ayer desveló EL MUNDO, provocaron reacciones de los portavoces de varios partidos. El dirigente abertzale ha alegado que el acto por el que se le va a sentar el jueves en el banquillo -acusado de un delito de enaltecimiento del terrorismo- fue convocado tras las conversaciones que mantuvieron en secreto el PSOE y Batasuna. Se refiere a los encuentros que durante años han tenido él y el presidente del Partido Socialista de Euskadi (PSE), Jesús Eguiguren, quien se ha mostrado dispuesto a declarar a su favor en el juicio.
Ayer, el portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, afirmó que Arnaldo Otegi es «un personaje que está encausado y defendiéndose en un proceso penal», por lo que «carece de toda credibilidad».
«La lucha contra el terrorismo está bien enfocada y los demócratas tenemos que continuar en pie firme en esa lucha, contando con los instrumentos del Estado de Derecho, con la colaboración internacional y evitando especulaciones», indicó, según informa Agustín Yanel.
«Dar pábulo a personas como Otegi puede conducir a situaciones no convenientes en la democracia en la lucha contra el terrorismo», dijo.
Al ser preguntado por Eguiguren, que dijo que Otegi quiere hacer política y debería estar en libertad, Alonso prefirió no opinar y se limitó a decir que «es el presidente del PSE, pero no es el PSE».
Quien sí opinó, el día anterior en Veo 7, fue el número dos del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco, para criticar las palabras de Eguiguren: «Sería aconsejable que estuviera más silencioso. Yo le trasladaré que lo esté».
La portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, opinó que Eguiguren, más que «colaborar con la Justicia», porque está obligado a acudir a declarar tras haber sido citado, lo va a hacer con Otegi porque los socialistas son «rehenes de su pasado». «El señor Otegi no me ha llamado a mí para que declare en su juicio porque de mí nada podría sacar», dijo.
Rosa Díez, la diputada de UPyD, sí cree los argumentos que ha esgrimido Otegi en su defensa porque «alguien» -en referencia al alcalde de San Sebastián, el socialista Odón Elorza- tuvo que dar a la ilegalizada Batasuna la llave «para entrar al velódromo de Anoeta, que es municipal». «Todo formaba parte de una concertación previa», subrayó.
Pues claro, esto ya estaba todo amañado. Se coge antes aún metiroso que aún cojo.
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