21:28 (31-05-2010)
El catálogo digital de los que "sufrieron directamente las consecuencias de la contienda" no incluye a ninguno de los 13 obispos asesinados. Se incluyen datos de 750.000 “represaliados” por el franquismo.
- Ponga una víctima de la Guerra Civil en su árbol genealógico. Éste viene a ser el lema bajo el que ayer presentó el Ministerio de Cultura un portal de Internet que, en realidad, se dedica a los represaliados por el franquismo. Aunque en la presentación se habla de “un portal en memoria de las víctimas de la Guerra Civil” y de que “recoge datos de 750.000 personas que sufrieron directamente las consecuencias de la contienda”, sólo están las víctimas de un bando. Y, además, se presupone que un terrorista de ETA o del Grapo, por el hecho de haber sido expedientado (no necesariamente antes de 1977), ha sufrido directamente las consecuencias de la Guerra. Un planteamiento con el que, desde luego, no discreparán los ideólogos de ETA.
Terroristas
Cualquiera que acceda al buscador en la página http://pares.mcu.es/victimasGCFPortal podrá encontrar, por ejemplo, la ficha de Manuel Pérez Martínez, alias Camarada Arenas, que cumple prisión desde 2000. Esta supuesta víctima de la Guerra no lo fue ni siquiera del franquismo, ya que antes sólo estuvo en prisión entre 1977 y 1984. Para la ministra Sinde, encaja en la definición de “todos aquéllos que sufrieron las consecuencias de la Guerra Civil española y la conculcación de los Derechos Humanos desde 1936 hasta 1977”.
Si su abuelo, por ejemplo, era un simple maestro de escuela en 1936 y fue expedientado y depurado, encontrará su nombre en este buscador, que, según Cultura, hará posible que “los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país honren y recuperen para siempre a todos los que directamente padecieron las injusticias y agravios producidos por motivos políticos, ideológicos o religiosos”.
Ahora bien, si duda de que su familiar represaliado tenga que compartir honra, por ejemplo, con uno de los asesinos de Carrero Blanco, tendrá que aguantarse: en el listado de estas honorables personas está, por lo menos, uno de ellos, José Antonio Urruticoechea Bengoechea, más conocido como Josu Ternera. ¿Cómo pudo ser víctima directa de la Guerra, o represaliado por el franquismo, si fue detenido por primera vez en 1989?
Y si entre las víctimas a las que ahora se honra encontramos a gente que poco o nada tuvo que sufrir del franquismo (y menos de la Guerra), quienes cayeron a manos de los republicanos, rara vez aparecen.
Los que no están
En la revolución de 1936 fueron asesinados seis ministros. De ellos, sólo uno aparece en este catálogo: Ramón Álvarez-Valdés Castañón, ministro de Justicia con Lerroux.
Cultura se ha apresurado a digitalizar los datos de las personas represaliadas por los franquistas a partir de 1939, pero no ha puesto tanto celo con las víctimas del otro bando. Un caso llamativo es el de la primera matanza colectiva de civiles en la Guerra: la del Tren de Jaén, o Tren de la Muerte. Más de 200 pasajeros que iban presos en ese tren perdieron la vida el 12 de agosto de 1936 en Vallecas, a manos de milicianos que los liquidaron con ametralladoras.
Las víctimas de este tren no aparecen en el catálogo. Ni siquiera la más conocida de ellas: el obispo de Jaén, Manuel Basulto. Puestos a buscar, pueden probar con los nombres de los 13 obispos asesinados durante la Guerra Civil: no aparece ni uno de ellos.
Volviendo al Tren de Jaén, la sorpresa es que no encontramos a las víctimas, pero sí a los verdugos. Los asesinos procesados en la postguerra son hoy, por arte de la Memoria Histórica, honorables víctimas: Antonio Ariño Rami (el catalán) Francisco Durán Tomé, Rafael San Narciso Sancho, Julián García de la Cruz, etc. Según Sinde, sufrieron “la conculcación de los Derechos Humanos”.
La ministra Sinde alarga una mano más que la manga, pero por la otra se queda corta. En el buscador http://pares.mcu.es/victimasGCFPortal no aparece buena parte de las víctimas del terror (con perdón) republicano. Ni uno de los 13 obispos asesinados. Sólo uno de los seis ministros fusilados en la revolución de 1936.
A este gobierno se le a disparado la chaveta, cuando no son pitos son flautas, osea, una insensatez detrás de otroa.
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