lunes, 25 de octubre de 2010

EL GOBIERNO ESTÁ FALSIFICANDO PREVISIONES Y ESTADÍSTICAS: El hombre es el mensaje


CASIMIRO GARCÍA-ABADILLO



El hombre es el mensaje

Andan ahora en el Banco de España cocinando el dato de crecimiento del tercer trimestre. Parece que la dura realidad apunta, de nuevo, a una caída del PIB. El Gobierno hará todo lo posible para que no sea así. Sería como apagar las luces en medio de la fiesta que ha supuesto, al menos para la familia socialista, la remodelación que ha convertido a Rubalcaba en presidente bis.

El INE (dependiente del Ministerio de Economía) se empeña en que la economía ha crecido «algo», dicen que un 0,1%. Se quejan en el INE del empecinamiento del servicio de estudios del Banco de España; incluso hablan de «presiones». Como la discrepancia entre el Banco de España y el INE no sería buena para la credibilidad del dato, los técnicos a las órdenes de Fernández Ordóñez apuntan a un empate sin goles. Es decir, a un crecimiento 0. En los próximos días se harán públicos los datos de ambas instituciones. Ya veremos si no se produce un gol fantasma en los minutos de descuento; sobre todo, teniendo en cuenta que el árbitro, la ministra Salgado, pretende una victoria a toda costa del equipo del Gobierno.

Una fuente bien informada resta importancia a los esfuerzos por maquillar la verdad: «¡Qué más da! Al final, 2010 se cerrará con una caída del PIB del -0,3% o del -0,4%. Esa décima arriba o abajo sólo nos preocupa a los economistas o a los que quieren vender el dato del tercer trimestre como el fin de la recesión. Lo que el ciudadano se pregunta es cuándo se reducirá el paro. Y la respuesta es: todavía no lo sabemos».

La realidad económica se encargará de bajar de la nube a los que piensan que un cambio en la alineación (y que conste que ésta es mejor que la que había, al menos, para los intereses del PSOE) puede hacer cambiar el resultado del partido.

Mi interlocutor, chef de la alta cocina económica, deja poco margen a la economía ficción: «Estamos tocando fondo, ya no caemos más. Pero vamos a reptar durante bastante tiempo. La guerra de divisas va a perjudicar a las exportaciones españolas y sólo se ve un leve repunte en el turismo y en las ventas de las empresas que exportan componentes a Alemania, que sigue tirando con fuerza y que acabará el año creciendo por encima del 3%. Nos esperan meses muy malos porque la demanda interna no va a tirar como espera el Gobierno. Sin embargo, lo peor va a ser que no se va a cumplir el objetivo de déficit por la indisciplina de las comunidades autónomas. Ni este año, ni el que viene. A no ser que se suban impuestos. ¿Cómo va a afectar ese incumplimiento al coste de nuestra deuda?».

Zapatero sabe que la economía es su talón de Aquiles. Hasta tal punto que, en su primera comparecencia como portavoz, el superministro Rubalcaba se esforzó en enfatizar que la recuperación económica y el empleo son los objetivos fundamentales de su Gobierno. Ciertamente, el presidente confía en la capacidad de convicción del nuevo vicepresidente primero, pero no cree en milagros y sabe que la economía no se recuperará de aquí a marzo de 2012.

Pero queda el recurso de culpar a los mercados, y así lo apuntó Ramón Jáuregui, quien, en su toma de posesión, se refirió a la supuesta preocupación de muchos ciudadanos por la falta de democracia que supone que se tomen decisiones que les afectan en lugares lejanos y sin control; de nuevo, los malditos mercados. Escucho estos días a algunos socialistas comentar con cierto arrobo las protestas en Francia contra Sarkozy, como si estuviera a punto de repetirse el mayo del 68. De hecho, a algunos de esos nostálgicos de las barricadas les habría gustado que la huelga general del 29-S hubiera tenido más respaldo entre los trabajadores y más ardor en las calles.

Por tanto, el primer problema al que va a tener que enfrentarse este Gobierno es qué les va a decir a los ciudadanos sobre los recortes. Ahí sólo tiene dos opciones:

1ª.- Explicar que hacer sostenible el Estado del bienestar sólo es posible con una economía saneada, lo que implica reducir el déficit y hacer sacrificios para que se genere más actividad económica y que el Estado pueda recaudar más.

2ª- Culpar a los mercados, que actúan por intereses espurios y han forzado al Gobierno a hacer unos recortes que no formaban parte de su agenda. Por tanto, lo que habría que hacer es reformar a los mercados.

Lo ocurrido en el Comité Federal del PSOE me reafirma en que éste último será el discurso con el que el Gobierno va a tratar de capear los difíciles meses que se avecinan. El presidente habló de una «agenda social»: una serie de medidas que se adoptarán en breve para «proteger» a los parados. Es decir, más gasto público.

La relativa calma que se ha conseguido desde que se adoptó el ajuste no es un cheque en blanco. Ya veremos cómo reaccionan los mercados cuando se conozcan los datos del déficit. Y más aún si van acompañados de nuevas medidas que incrementan el gasto.

Este Gobierno está entre la espada y la pared. Los votos que recupere por la izquierda pueden suponer un nuevo encarecimiento de la deuda, cuando todavía reina la desconfianza y es muy difícil conseguir financiación (que se lo digan a Montilla).

Viviremos, pues, meses de auge demagógico. ¡A alguien habrá que echarle la culpa de que el paro no baje del 20%!

Este Gobierno ha dado por perdida la batalla económica y va a buscar en otros caladeros la posibilidad, bien que remota a raíz de las encuestas -a pesar del cambio, el PP sigue sacando 12,6 puntos de ventaja al PSOE-, de ganar en 2012. Zapatero sólo tiene dos posibilidades: el final de ETA y lo que llamaremos el achatarramiento del PP.

Para ambos fines, Rubalcaba es la persona idónea y la que tiene en sus manos todo el poder para intentar conseguirlo.

Reinterpretando a McLuhan, podríamos decir que el hombre es el mensaje. Rubalcaba, que ya fue nombrado ministro del Interior para pilotar el diálogo con ETA, será el encargado de modular la reconversión de Batasuna para que el final del terrorismo se haga con un coste político digamos que asumible.

Rubalcaba, que maneja los hilos de los sumarios contra el PP, modulará también el goteo de los informes policiales para que en los próximos meses se destruya, se achatarre, la imagen del principal partido de la oposición.

Si esa doble operación se desarrolla con éxito, ¿no sería lógico que el candidato socialista fuese Rubalcaba y no Zapatero? Así lo cree la mayoría de los votantes del PSOE.

1 comentario:

  1. Ahora harán lo que mejor saben hacer, sacar al doberman, y seguir mintiendo como bellacos.

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