sábado, 31 de julio de 2010
MULTAS Y LEYENDAS (RAI dixit)
Por Maite
Una de esas leyendas urbanas que circula de boca en boca y que se tiene por cierta, aunque no lo sea, afirma que los agentes de Tráfico perciben una comisión por cada denuncia que imponen. Miren ustedes si es falsa tal teoría que en la actualidad el número de denuncias por cuestiones de tráfico ha sufrido un descenso cercano al 90% respecto al mismo mes del año anterior. Si la leyenda tuviera algún viso de veracidad, los agentes de la Guardia Civil en general (y los de la Agrupación de Tráfico particularmente) estarían desperdiciando una buena oportunidad de paliar el deterioro económico al que se han visto sometidos, como el resto de funcionarios de este país, gracias a los buenos quehaceres del gobierno remendón.-
Al margen de mi convencimiento de que la inmensa mayoría de componentes de la Benemérita nunca recurriría a elevar el número de denuncias para lograr un pírrico repunte salarial, no dejar de ser un dato revelador sobre la autenticidad de la leyenda antedicha y una demostración del hartazgo que genera el ser considerado como una especie de oficina ambulante de recaudación de impuestos directos, eso sí, encubierta bajo el manto protector que otorga la denominada ‘seguridad vial’.-
Ante la crudeza de los datos sobre descenso de denuncias (y de recaudación, que es lo realmente grave para algunos) los responsables políticos en la materia se ponen nerviosos y los esfínteres se les aflojan. De ahí la cara de mala leche que se gastan. Resulta muy complicado mantener cara de póker cuando se tiene el trasero tan apretado. Por ello recurren a la solución más fácil y eficaz que conocen: leerle la cartilla al General de la Guardia Civil que manda en la Agrupación de Tráfico. Por su parte, el caballero del fajín recibe el ‘marrón’ sin sorprenderse demasiado. Ya se imaginaba que iba a ocurrir, dada la gravedad de la situación. Pero no por esperada es menos compleja la solución. Por una parte no quiere pasar a la historia como el meapilas al que se le hundió la estadística recaudatoria y de otro lado sabe perfectamente que a día de hoy ya no sirve el viejo sistema de patear las nalgas de los díscolos, sobre todo cuando las nalgas a cocear son prácticamente el doble del número de los componentes de la Agrupación bajo su mando.-
Ya se sabe que la necesidad alienta la imaginación y fruto de ello nace el RAI, o lo que es lo mismo, el Resumen mensual de Actividades Individuales. ¿Cualo de qué? -inquiriría un amigo mio sevillano, cachondo donde los haya-, pues eso hombre de dios, que bajo la excusa de “evaluar adecuadamente a través de una información fidedigna la actividad individual y colectiva del personal de la Agrupación”, se sacan de la manga un baremo de puntuación con más mala intención que la patada de De Jong a Xabi Alonso en la final del mundial de futbol. Tal baremo otorga un número de puntos a las actuaciones de cada componente de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. O al menos supuestamente, como veremos más adelante. La puntación es la que sigue:
• 1 punto por cada auxilio en carretera.-
• 2 puntos por cada denuncia a la Ley de Seguridad Vial.-
• 4 puntos por cada denuncia al Reglamento de Transportes.-
• 1 punto por cada denuncia de otro tipo.-
• 0’5 puntos por cada denuncia notificada.-
• 2 puntos por intervención en accidentes.-
• 5 puntos por cada atestado realizado.-
• 9 puntos por cada denuncia de alcoholemia por infracción.-
• 5 puntos por cada denuncia de alcoholemia por muestreo.-
• 3 puntos por cada denuncia de alcoholemia por accidente.-
• 1’5 puntos por cada escrito de alegaciones contestado.-
• 1 punto por cada vehículo sustraído recuperado.-
• 5 puntos por cada detenido.-
Con este panorama me asaltan varias dudas. Si un usuario comete una infracción y la pareja que actúa sospecha que ha bebido más de la cuenta, llamando al equipo de atestados para realizar la correspondiente prueba con el etilómetro evidencial ¿Quién se apunta los nueve puntos? ¿La pareja actuante o la pareja del equipo de atestados? ¿Todos? ¿El Jefe de pareja se apunta nueve y el auxiliar la mitad? ¿Si además se le notifica la denuncia suma otros 0’5 puntos? ¿Quién los sumaría, el que la notifica, ambos o los cuatro en caso de que intervenga el equipo de atestados?.-
Si además el resultado de la alcoholemia supera los límites y se considera delito ¿Se suman los 5 puntos de la detención? ¿Quién los sumaría? ¿Habría que jugárselo a los chinos?.-
Imagínense que el usuario en cuestión va conduciendo un camión ¿Cabría añadir algún punto más?.-
¿Y si el camión figura como sustraído? ¿Puntito al casillero por vehículo recuperado? ¿Para quién o quienes?.-
Pudiera ocurrir que el usuario, ante el problemón que se le avecina sufriera una taquicardia y los agentes tuvieran que socorrerle ¿Puntazo al zurrón por auxilio? ¿Quién se lo adjudica?.-
¿Cabría la posibilidad, ante una actuación tan singular, de llamar a otras parejas de refuerzo que se apunten a la orgía puntuadora? ¿Cuál sería el límite aceptable de refuerzos que se pueden solicitar? ¿Cómo se repartirían los puntos en tales situaciones? ¿Y si durante la actuación llega el Jefe de Subsector a vigilar a la pareja de servicio, también se apunta puntos? ¿El Jefe sólo o el conductor también?.-
Si finalmente el camión tiene que ser remolcado ¿Los de la grúa suman puntos o por ser ajenos al Instituto no participan en la competición?.-
Ejemplos aparte y olvidándome de la supina estupidez que significa valorar el servicio de un agente en base a un baremo en el que ni siquiera se acuerdan de la palabra “prevención”, me llama poderosamente la forma de puntuar cada actuación concreta ya que es una muestra clara de cuales son las prioridades del Jefe de la Agrupación, que al fin y al cabo no hace más que plasmar negro sobre blanco las preferencias de los políticos que le mangonean.-
Lo que no acaba de quedar claro es la forma de puntuar a los miembros de la Agrupación que no salen a la carretera. Por eso decía antes que el baremo afectaba a todos ‘supuestamente’. Por que ya me explicarán los inventores del sistema el sentido que tiene valorar únicamente a una parte de los componentes de una Especialidad y que dicha parte sea, precisamente, la encargada de las labores directas de vigilancia del tráfico (o en otras palabras, los encargados de multar).-
La implantación de este baremo significa -a mí no me cabe la menor duda- que utilizarán los resultados para posteriormente ‘castigar’ económicamente a los que menos produzcan/recauden. Y en el caso de que el escarmiento no surtiera efecto, a buen seguro emplearan dichos resultados para proponer la ‘renovación’ de la Especialidad e, incluso, para proponer el cese en el destino por falta de idoneidad. No se olviden, solamente para aquellos que salen a la carretera.-
Pero lo que mas indigna de toda esta basura denominada RAI es la caradura de los redactores de la norma que, a falta de explicaciones válidas o medianamente convincentes, tratan de justificar lo injustificable con la siguiente diatriba: “…se pretende dotar de herramientas de trabajo que permitan evaluar la actividad de los agentes, de los grupos de trabajo en que se integran y de la totalidad de la Unidad en aras a mejorar el rendimiento de los mismos y por tanto la seguridad vial…”. Es decir que una disposición que ni siquiera se acuerda de lo básico -la prevención- se ha parido para mejorar el rendimiento (multar más) y por tanto la seguridad vial (reducir accidentes). Por fin alguien reconoce, no muy claramente, pero sí lo suficiente, que la Administración liga inexorablemente la reducción de accidentes al incremento en la labor sancionadora. Esa es su teoría, no exenta de lógica por que, al fin y al cabo, si los conductores asumen que cada vez que usen su vehículo un agente intentará imponerles una sanción, lo lógico es que no lo utilicen, descendiendo con ello la posibilidad de accidentes. Tiene narices la cosa. En esa misma línea argumental podrían situar el litro de combustible en quince euros o elevar el precio de los automóviles a diez veces lo que cuestan en la actualidad. También de esa forma descendería el número de accidentes.-
Este tema da para mucho más y de ello trataremos en posteriores ocasiones. De momento no quiero alargarme más. Para terminar diré que este vergonzante baremo hace que la leyenda urbana a la que me referí al principio está cada vez más cerca, porque si bien no propone que los que multan se lleven una parte de lo recaudado sí que se desprende que el que no multe o lo haga escasamente puede llegar a perder una parte de su soldada. Y nuca mejor dicho lo de la soldada.-
Otra de las cosas que se están cargando, la G.C. de Tráfico. Casi sería mejor hablar y opinar de lo que no se cargan y acabamos antes.
ResponderEliminarLas hordas del prisoe avanzan de nuevo, arrasando con todo lo que encuentran en su camino...