lunes, 12 de abril de 2010
Jon Anza se alojó muy enfermo en un hotel tras llegar en tren a Toulouse
se reafirma la tesis de la muerte natural
El militante de ETA, disminuido por un tumor cerebral, dejó el rastro de una salud degradada durante sus últimos días de vida
12.04.10 - 02:31 -
FERNANDO ITURRIBARRÍA CORRESPONSAL | PARÍS.
El militante de ETA Jon Anza Ortúñez, fallecido el pasado 11 de mayo en un hospital de Toulouse, llegó a esa ciudad francesa en tren el 18 de abril de 2009 y se alojó aquella noche muy bajo de forma en un hotel de la localidad en la que once días después apareció moribundo en plena centro urbano, a un centenar de metros de distancia. Cuando va a cumplirse esta misma semana el aniversario de la desaparición, los investigadores tratan de reconstruir los últimos pasos de una persona recién operada de un tumor cerebral, de salud extremadamente frágil, que murió por causas naturales al cabo de diez días de cuidados intensivos, sin recuperar el conocimiento, en una unidad de reanimación.
El billete de tren con destino a Toulouse descubierto entre las pertenencias del difunto llevaba el sello impreso por una máquina canceladora de la estación de Bayona la mañana del 18 de abril. Pero la reserva de vuelta para el día 20 de abril desde Toulouse a Bayona estaba sin utilizar aunque la víspera, día 19, había abandonado el hotel en que pernoctó la primera noche de estancia en la capital occitana.
'Le Clocher de Rodez', un establecimiento de dos estrellas y 44 habitaciones, se encuentra a 700 metros a pie de la estación del ferrocarril. «Había pagado una noche, pero no quería marcharse. Nos costó desalojarlo. Era verdaderamente raro», señala una empleada en el semanario 'Le Nouvel Observateur', que recoge testimonios del personal sobre un cliente que «no andaba bien de la cabeza» y que se pasó «tumbado todo el día con los brazos en cruz mirando al techo».
La policía francesa maneja la hipótesis de que Anza no abandonó Toulouse hasta que fue descubierto inconsciente la medianoche del 29 de abril en la terraza de un céntrico restaurante de la cadena Hippopotamus, en el bulevar de Estrasburgo, a cien metros del hotel en que se alojó y a 800 de la estación ferroviaria. «A partir del momento en que estamos seguros de que llegó a Toulouse y de que pasó allí una primera noche, no tenemos ninguna razón objetiva de pensar que hubiera abandonado la ciudad para regresar al mismo sector, al mismo barrio», expone Anne Kayanakis, fiscal de Bayona, que se inhibió el mes pasado del asunto al perder la competencia territorial.
Michel Valet, su colega de Toulouse, heredó el caso y abrió un sumario por «búsqueda de causas de la muerte» que ha sido encomendado a la jueza instructora Myriam Viargues. «Hemos cambiado de marco jurídico para ir aún más lejos y tratar de tapar agujeros, disipar las zonas de sombra y comprender todo lo que pudo pasar desde que Anza salió de Bayona», explica Valet, quien proclama la «voluntad general y compartida de conocer la verdad» por parte de las autoridades francesas.
El nuevo procedimiento ha facultado la personación de los familiares en la causa desde el 25 de marzo y permite que en su calidad de parte civil tengan acceso al contenido del sumario, cubierto por el secreto de la instrucción.
El pasaporte español de Jon Anza, nacido en San Sebastián en 1962, ha sido localizado en la oficina municipal de objetos perdidos de Toulouse. Fue encontrado en la vía pública y entregado el 4 de mayo. Pero en el registro no figura ni el lugar preciso del hallazgo ni la identidad de la persona que lo depositó. El documento no fue recuperado por la Policía Judicial hasta el 19 de marzo ya que a nadie se le ocurrió enviarlo al Consulado de España, distante unas pocas manzanas. «Esperamos a tener varios para mandarlos», explicó un responsable de la Policía Municipal a medios locales.
La tarjeta de crédito
El otro documento identificatorio que portaba Anza cuando salió de viaje no ha sido localizado. Según la denuncia de su desaparición, se trata de una tarjeta de crédito expedida a su nombre por el banco Crédit Mutuel. Pero se ha comprobado que no ha sido utilizada. Tampoco se han registrado movimientos en su cuenta bancaria en España, según las constataciones realizadas por la Audiencia Nacional.
Este dato figura en la respuesta del juez Fernando Andreu a una petición de colaboración de las autoridades francesas que ha sido incorporada al sumario. Entre las diligencias ordenadas en febrero por el magistrado español se tomó declaración al hermano de Anza. El informe remitido a Toulouse, vía Bayona, incluye un dictamen psicológico en el que se indica que el ex preso de ETA no tenía tendencias suicidas a pesar de padecer una grave enfermedad.
Las conclusiones de la autopsia confirman el diagnóstico preliminar de un colapso polivisceral neurológico, cardíaco y pulmonar como causa de la muerte. El tumor cerebral que padecía, un craneofaringioma del que se había operado por segunda vez un mes antes, había generado metástasis en los órganos vitales.
El examen forense y el historial clínico avalan un deceso ligado a un estado de salud degradado dada la ausencia de lesiones, fracturas y hemorragias internas. «Hoy sabemos que se encontraba en muy mal estado, sólo le quedaban diez días de vida», resume Kayanakis.
Que pena, que tarde.
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