martes, 8 de diciembre de 2009
YA ES HORA DE PONER EN SU SITIO A MARRUECOS
YA ES HORA DE PONER EN SU SITIO A MARRUECOS
LEJOS de solucionar la situación de Aminatu Haidar, al Gobierno su debilidad se le ha vuelto como un bumerán. En un ejercicio tan cínico como surrealista, Marruecos amenaza a España con cambiar su política de inmigración por el «envenenamiento» de las relaciones a raíz de este caso. Es una amarga paradoja que la falta de firmeza de Moncloa no esté consiguiendo ninguno de sus objetivos: ni ayudar a Haidar -su vida corre grave peligro tras 23 días en huelga de hambre- ni mantener «buenas relaciones» con el país vecino, que, en palabras del propio Zapatero, es la prioridad al abordar el delicado asunto.
Pero no sorprende el desaire y la intolerable amenaza de Marruecos. Responde al mismo patrón de todos los regímenes despóticos, que, además de estar permanentemente instalados en la paranoia, creen que no hay mejor defensa que el ataque. Por ello, el Gobierno debe dar un giro de 180º a la forma en la que está gestionando esta crisis de la que pende una vida humana y pasar de inmediato a una ofensiva diplomática contundente. En este sentido, no es de recibo que siga sin llamar a consultas al embajador en Rabat, para dejar claro que lo único que «envenena» nuestras relaciones es el vergonzoso pisoteo a los derechos humanos que practica Marruecos.
Pero, además, es urgente explorar nuevas vías diplomáticas, como la petición de colaboración a dos de nuestros aliados que más ascendente tienen sobre el reino alauí: Estados Unidos y Francia. Pese a tanta chanza como se hizo con el episodio de Perejil, hay que recordar que fue la mediación del entonces secretario de Estado de EEUU, Colin Powell -a instancias del Gobierno de Aznar- la que cerró de manera satisfactoria aquella crisis. Ahora Moncloa tiene la oportunidad de demostrar esas buenas relaciones exteriores de las que tanto presume.
También hace falta una respuesta inmediata en Bruselas al chantaje del ministro de Exteriores marroquí, que ayer insinuó que podrían cambiar algunas políticas fundamentales para nuestro país, como la de inmigración o cooperación antiterrorista. España es miembro de la UE con la que Rabat busca un acuerdo de colaboración preferencial. Pues bien, es hora de que cada uno se retrate, y las autoridades comunitarias deben exigirle el cumplimiento de la legalidad internacional y el respeto de las libertades individuales, como requisito indispensable antes de abordar cualquier negociación. La mejor prueba de la incapacidad de Moratinos para movilizar a la comunidad internacional fue la declaración ayer de la comisaria europea de Política de Vecindad, subrayando que el caso Haidar es un «asunto bilateral» de España y Marruecos.
La situación es tan crítica que hay que actuar con urgencia, porque la salud de Haidar ha empeorado en las últimas horas. El debate sobre si el Estado tendría que alimentarla forzosamente para impedir su muerte por inanición ha cobrado una extraordinaria fuerza, sin que haya consenso entre juristas, políticos y médicos al respecto. Haidar ha firmado un documento de últimas voluntades en el que expresa su firme deseo de que no se la alimente en caso de pérdida de la consciencia. Y el juez que la examinó el domingo decidió ayer no someterla a un traslado forzoso a un centro hospitalario.
Haidar ha antepuesto sus principios y su justa demanda de regresar al Sáhara a su propia vida. Por difícil de entender y hasta de aprobar que resulte, es una decisión libérrima que merece respeto. Y aunque la responsabilidad última de lo que pueda ocurrirle es de Marruecos, qué duda cabe de que el gravísimo error del Gobierno al obligarla a entrar en Lanzarote -violando la legalidad- le coloca ante una responsabilidad moral. Por ello, no puede seguir anteponiendo las relaciones con un amigo tan desleal como Marruecos. A buen seguro, los ciudadanos no comprenderían que quien se sometió al chantaje de De Juana no lograra salvar la vida de Haidar
Pues si, yo creo que ya va siendo hora, de actuar, y de no dejarnos que se nos meen en la gorra. Porque entre lo de peñón, y este tema, llevamos unos días vapuleados, y ya está bien.
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