miércoles, 22 de junio de 2011

Relanzan con dinero público la teoría de la contaminación de la dinamita usada el 11-M


PABLO JÁUREGUI / Madrid

22/06/2011/El Mundo

Zapatero embusteroUn estudio financiado por el Gobierno ha vuelto a resucitar la llamada teoría de la contaminación en la dinamita del 11-M. El trabajo, incluido dentro de un proyecto apoyado con 140.000 euros por el Ministerio de Ciencia e Innovación, asegura que las bolsas utilizadas por la Policía para almacenar restos de explosivos son una barrera insuficiente para evitar la contaminación de estas muestras.

Zapatero embusteroLos autores del experimento -todos ellos del Equipo de Investigación en Química Forense (Inquifor) de la Universidad de Alcalá- aseguran haber comprobado que el dinitrotolueno (DNT) puede atravesar estas bolsas y contaminar muestras de dinamita que no contengan este ingrediente, como en el caso de la Goma 2 ECO. Según sus conclusiones, por tanto, es posible que esta contaminación se produjera accidentalmente durante el almacenaje de las muestras de explosivo del 11-M, y esto explicaría la presencia de DNT en los supuestos restos de Goma 2 ECO recogidos en los focos de la masacre.

Esta idea no es en absoluto nueva, sino que fue una de las teorías defendidas por el perito jefe de la Policía Científica, Alfonso Vega, durante el juicio del 11-M, tras los nuevos análisis de los explosivos solicitados en 2007 por el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez. Y por eso mismo llama la atención que precisamente Vega forme parte del equipo de investigación Inquifor, que ha realizado el nuevo estudio. Y también que otro de los firmantes del trabajo sea Juan Carlos Atoche, un capitán de la Guardia Civil que junto con Vega participó en la pericia de los explosivos del 11-M.

Según explicó ayer a EL MUNDO Carmen García Ruiz, coordinadora y autora principal del estudio, Inquifor es un equipo de investigación auspiciado y cofinanciado por el Ministerio del Interior y la Universidad de Alcalá desde 2007, para realizar estudios en el campo de las ciencias forenses. En el caso concreto del nuevo experimento sobre la porosidad de las bolsas, la investigación formaba parte de un proyecto de tres años que recibió el apoyo económico del Ministerio de Ciencia, y fue propuesto por el propio Alfonso Vega, junto con otros colegas del mismo equipo.

Durante el juicio del 11-M, el objetivo de la teoría de la contaminación defendida por Vega era explicar la sorprendente aparición de DNT en los restos de explosivo hallados en los focos de la masacre, ya que este hecho contradecía la versión oficial de la Fiscalía, es decir, que la dinamita utilizada en la masacre fue Goma 2 ECO suministrada por la trama asturiana.

El DNT no forma parte de la Goma 2 ECO, pero sí del Titadyn, el explosivo utilizado habitualmente por ETA. Vega propuso que la presencia de DNT podría deberse a una contaminación de las muestras de Goma 2 ECO en la sala de almacenaje de los Tedax, y planteó la posibilidad de que el dinitrotolueno hubiera atravesado las bolsas en las que se guardaban las muestras de explosivo.

Durante el juicio, sin embargo, esta teoría de la contaminación fue descartada por el juez Gómez Bermúdez, sobre todo cuando Marián, la perita de los Tedax, describió con estas palabras cómo se almacenaban las muestras de explosivos del 11-M: «Hay una bolsa que cierra una caja de cartón (que, a su vez, está metida en un armario); en esa caja de cartón hay bolsas de plástico; dentro de esas bolsas de plástico, unos sobres de papel normal; y dentro de esos sobres existen varias bolsas, en algunos casos dos, en otros casos tres, una sobre otra, encintadas con cinta adhesiva, que guardan la sustancia explosiva». Tras esta apabullante descripción, el juez Bermúdez le preguntó directamente: «¿Y con estas características es posible que se traslade o traspase alguna sustancia de una bolsa final a otra bolsa final?». La perito contestó con una frase que en aquel momento aniquiló la teoría de la contaminación defendida por Vega: «Yo lo encierro todo en ese tipo de bolsas precisamente para evitarlo». Parece evidente, sin embargo, que a pesar de todo ni Vega ni sus superiores en Interior quisieron arrojar la toalla, y por eso el policía científico propuso a sus colegas de Inquifor la realización de un nuevo estudio que pudiera poner a prueba una teoría que en el juicio fue rechazada por considerarse totalmente inverosímil.

El experimento, según detalló ayer a este periódico la profesora García Ruiz, consistió en colocar una bolsa con Goma 2 EC (que sí contiene DNT) y otra de Goma 2 ECO (que carece de esta sustancia), en un bote cerrado herméticamente. Tras sólo un mes, se comprobó que el DNT de la Goma 2 EC podía volatilizarse, atravesar las bolsas y contaminar la Goma 2 ECO. «Hemos demostrado que la contaminación a través de las bolsas es posible, y esto podría explicar la presencia de DNT detectada en las muestras de Goma 2 ECO del 11-M», aseguraba ayer García Ruiz a este periódico.

Preguntada por si el hecho de ser un equipo financiado por el Gobierno podía restarle credibilidad a sus resultados ante la opinión pública, la científica defendió con vehemencia la profesionalidad de su equipo: «Lo de menos es de dónde salen los fondos, lo único que cuenta son nuestros resultados, que han sido publicados por una revista de prestigio internacional».

Se da la circunstancia de que en estos momentos el ex comisario jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, está siendo investigado por su actuación en la recogida, custodia y recogida de muestras en los focos del 11-M. No es descartable que sus abogados recurran a este nuevo estudio en su defensa.

ANTONIO RUIZ DE ELVIRA

22/06/2011

Un experimento fallido

Me piden que evalúe la calidad científica de un trabajo realizado en mi propia universidad sobre la posibilidad de que se produjera una contaminación en las muestras de los explosivos del 11-M. En muchos aspectos, el estudio me parece correcto, y me congratulo por la calidad de mis compañeros de la UAH.

Lo que ocurre es que su trabajo no resuelve el problema que se plantea. Esto se produce con una frecuencia muy alta en las investigaciones científicas. Por ejemplo, muchas veces me comentan, con respecto al cambio climático, que ha habido otros muchos cambios climáticos en la historia del planeta. Los ha habido, pero eso tiene poco que ver con el cambio actual, con 7.000 millones de personas, que va de una situación caliente a otra más caliente, enormemente acelerado e intenso.

De la misma manera, mis compañeros del equipo Inquifor analizan la contaminación de una muestra de Goma 2 ECO por otra de Goma 2 EC, guardadas en bolsas oficiales de polietileno, encerradas en un recipiente de cristal de cierre hermético. El objetivo de introducir las bolsas en botes herméticos de cristal es para evitar posible contaminaciones por sustancias ajenas al experimento de trabajo, pero esta metodología no reproduce las condiciones reales en las que se encontraban las muestras del 11-M.

El compuesto básico de interés es el DNT: dinitrotolueno. Éste es un compuesto químico que sublima: es decir, que pasa de la fase sólida a la fase vapor a temperatura ambiente y de manera espontánea, más deprisa si se calienta, muy despacio si se mantiene a una temperatura suficientemente baja. Al pasar a fase vapor aumenta, muy ligeramente, la presión en el interior del recipiente herméticamente cerrado. El experimento detectó que moléculas de DNT salían de la bolsa de polietileno que contenía la Goma 2 EC y, una vez en el recinto cerrado a presión (muy ligeramente mayor que la atmosférica, pero recordemos que estamos hablando de moléculas individuales de las que caben 3.000 billones españoles en un recipiente de un litro) golpearon la pared exterior de la bolsa de polietileno que contenía la Goma 2 ECO y algunas de ellas entraron en la misma.

El experimento, por tanto, sólo demuestra que las moléculas de DNT pueden atravesar las bolsas de polietileno en un recinto cerrado a presión. Pero, ¿cómo sabemos si esas moléculas harían lo mismo en bolsas dejadas durante tres años en un recinto abierto, como fue el caso de las muestras de explosivo del 11-M. ¿Saldrían de ellas? ¿Cuántas de las que entraron quedarían dentro?

Si yo estoy en un ascensor de 1,5 x 1,5 x 2,5 metros cúbicos con otra persona que tiene gripe, es altamente probable que yo me infecte con alguno de los virus que esa persona expira por la boca o nariz. Pero si estoy en un concierto en una sala de 60 x 40 x 20 metros cúbicos, es altamente improbable que yo coja la gripe de esa persona. Para demostrar la llamada teoría de la contaminación, necesitaríamos realizar un experimento controlado que realmente reprodujera las condiciones reales de las muestras del 11-M, no en un espacio irreal herméticamente cerrado, sino con bolsas separadas en ambientes abiertos.

Antonio Ruiz de Elvira es catedrático de Física en la Universidad de Alcalá de Henares.

1 comentario:

  1. Estamos apañaos, con lo facil que es todo esto. En fin, ahora igual sale quien mató a manolete, pero la infamia ya está hecha.

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