sábado, 26 de marzo de 2011

Una cárcel 'cinco estrellas' para los disidentes


JUANFER FERNÁNDEZ / Vitoria / El Mundo

El Gobierno ultima en Álava un presidio con piscina y magníficas instalaciones
La disidencia etarra se tiñe de rosa. También de beige, marrón claro y verde. Estos colores revisten los muros del nuevo Centro Penitenciario Norte I (Álava) «para favorecer la reinserción». Allí aún huele a pintura. A nuevo, sí, pero ya dan ganas de entrar a vivir en lo que a priori, más que una cárcel, parece un complejo residencial. Y de los buenos, con piscina cubierta, frontones y campo de fútbol de «césped natural», vaticina la Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios (Siep). Así será la nueva cárcel de Zaballa, que sustituirá al penal de Nanclares de Oca y dará cobijo al fracturado frente de makos.

El delegado del Gobierno en el País Vasco, Mikel Cabieces, se desplazó ayer hasta las instalaciones para comprobar el desarrollo de las obras, ya muy avanzadas aunque sin fecha de finalización. En este sentido, aseguró que, si bien el objetivo de la nueva cárcel es el de «privar de libertad» a sus reclusos, también pretenden «posibilitar» su reinserción.

Y qué mejor manera de contribuir a tal fin que brindar a los presos una cárcel desde cuyas celdas más altas se divisa el monte Gorbea. Las vistas constituyeron uno de los argumentos que desde el Siep utilizaron para presentar lo que, a su juicio, es una «evolución» del modelo habitual de centro penitenciario. No fue el único.

«Esto no es una cárcel, sino una ciudad penitenciaria», anunció ayer el presidente de la Sociedad, Ángel Martínez. Tiene razón. Cuando los cerca de 30 disidentes de ETA que cumplen condena en Nanclares de Oca se muden al penal de Zaballa, se encontrarán con unas instalaciones magníficas.

Son 80.000 metros cuadrados que se distribuyen en seis espacios bien diferenciados. El primero, el de comunicaciones, cuenta con dos edificios pensados para que el preso y posibles visitantes se relacionen. Además de cerca de una treintena de locutorios y de 16 salas de visitas, hay una zona en la que reclusos y familiares podrán compartir momentos distendidamente, así como disfrutar de un patio de juegos infantil.

La zona sanitaria tampoco escatima en virtudes. Martínez, que tildó el lugar de «mini-hospital», expuso que la enfermería del centro contará con dos plantas dotadas de «tecnologías de alta generación» y que albergará salas de consulta médica, de curas y 30 habitaciones para uso exclusivo de internos enfermos.

El edificio Deportivo-Cultural, no obstante, es sin duda la joya de la corona. Piscina cubierta destinada a «fines terapéuticos» -aún por construir-; dos frontones, uno cubierto y otro exterior; un campo de fútbol que los promotores prevén revestir de «césped natural», salón de actos, biblioteca y «aulas multiusos».

Lo único que recordará a los presos de Zaballa su condición de encarcelados son las verjas antifuga y las alambradas que ya se han colocado sobre los muros de seis metros de alto -color pastel- que circundan las instalaciones. Eso y las celdas.

720 habitaciones para dos personas distribuidas en ocho módulos de 72 celdas y en otros cuatro módulos polivalentes de 36 habitaciones cada uno: ésos son los datos. Las características de los dormitorios, sin embargo, son más amables. Así se desprende de la explicación dada por Martínez, que aseguró que, por habitación, los reclusos dispondrán de un 30% más de espacio con respecto a las celdas de hace 10 años; esto es, 13 metros cuadrados.

Los reclusos de la nueva cárcel, por otro lado, tendrán a su disposición un amplio edificio donde se ubicarán cocinas y comedor, y podrán disfrutar de talleres productivos en el que desempeñarán tareas formativas. Todo, para favorecer su «reinserción» posterior. Una única pega: será entonces cuando deberán abandonar una cárcel cinco estrellas de más de 103 millones de euros.

1 comentario:

  1. Otra promesa del gobierno, con tal de que los chicos estén a gusto, y no sufran alteraciones en su vida cotidiana. Vergüenza de gobierno, a este paso solo nos falta fustigarnos nosotros mismos.

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