jueves, 24 de marzo de 2011

García Hidalgo fue interrogado sobre sus conversaciones con Ares


FERNANDO LÁZARO / MANUEL MARRACO / Madrid / El Mundo

El juez blinda por razones de seguridad el acceso a la pieza sobre el 'proceso de paz'

Zapatero embustero

El que fuera director general de la Policía Víctor García Hidalgo tuvo que responder ante el juez sobre sus conversaciones con el actual consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, durante el llamado proceso de paz.

García Hidalgo, imputado en el chivatazo, disponía de un teléfono con tarjeta prepago cuyo número apareció en poder del negociador etarra Jon Iurrebaso.

En el tráfico del móvil de García Hidalgo aparecían llamadas con Rodolfo Ares que el entonces juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ordenó investigar.

Estos datos figuran en una pieza secreta decretada por el juez Garzón poco antes de que levantara el secreto de sumario sobre gran parte del chivatazo.

A esa pieza derivó la gran mayoría de las investigaciones que llevaban al ex director general de la Policía, un teléfono con tarjeta prepago que no era el oficial del director general de la Policía.

Según explicaron fuentes cercanas al caso, el etarra también fue interrogado en Francia, tras su captura por la juez Le Vert. Su interrogatorio fue remitido por la magistrada francesa a la Audiencia Nacional. El terrorista admitió ante la juez que el Gobierno y ETA habían seguido manteniendo contactos después del atentado de la T4. Tras este atentado en el aeropuerto de Barajas, en que hubo dos muertos, Zapatero dio por roto el llamado proceso de paz. El etarra respondió a la pregunta que directamente le lanzó Le Vert.

Todo lo que rodea al caso Faisán sigue inmerso en un manto de secretismo, sigilo, sospechas de filtraciones y amenazas. El juez Baltasar Garzón, cuando decidió levantar el secreto sobre gran parte del sumario matriz en el que se investiga la delación de los agentes dependientes de Interior a la organización terrorista ETA, ya impuso unas condiciones leoninas a las partes para poder acceder al sumario.

Ahora, el juez Pablo Ruz, que ha levantado el secreto de una de las partes separadas que en su día dictó como secretas Garzón, también ha decidido blindar el acceso a la documentación.

Según explicaron a este periódico fuentes cercanas al caso, el instructor ha puesto fuertes restricciones para acceder a los cuatro tomos que componen la causa aduciendo razones de seguridad nacional, explicaron estas fuentes.

El juez entiende que en esos tomos hay datos muy sensibles que pueden afectar al desarrollo del trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado que se dedican a la lucha antiterrorista Así, con el fin de salvaguardar la «intimidad» y la «seguridad» de estos agentes, prohíbe a los abogados personados en la causa sacar fotocopias, escanear o fotografiar el sumario. Los letrados tienen que acudir con papel y bolígrafo y tomar nota de los tomos folio a folio. La causa está compuesto por cuatro volúmenes con 800 páginas cada uno. De esta forma, las actuaciones de la acusación, representada por Dignidad y Justicia, quedan muy limitadas.

Las restricciones a las partes no son una novedad en estos sumarios relacionados con el bar Faisán. Ya el juez Baltasar Garzón, cuando levantó el secreto de casi la totalidad del sumario sobre el chivatazo, impuso condiciones restrictivas enormes para acceder al sumario.

De hecho, en cuanto salieron los primeros datos sobre las piezas en los medios de comunicación, inició actuaciones contra una de las letradas personadas. La investigación tuvo que archivarla ya que el juez comprobó que esa letrada no había accedido aún al material que había salido en los medios de comunicación. Garzón obligó a las partes a tomar nota de los tomos. Prohibió cualquier dispositivo de reproducción o fotográfico. La complejidad para los letrados fue enorme ya que la gran mayoría de informes policiales está plagado de números de teléfono y de documentos con los movimientos de llamadas de los investigados.

1 comentario:

  1. Mareando la perdiz en este caso, no el faisán. Dicho de otra forma, no se para que tantas vueltas, si está todo clarísimo, haber si ahora va a resultar que fué la providencia divina el que avisó del chivatazo, y que encima era de sangre azul...
    Espero que sus conciencias les pasen factura.

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