domingo, 6 de marzo de 2011

«Aviso: si alguien mete la pata negociando con ETA, Rajoy, como presidente, la sacará»


LA ENTREVISTA DE ESTHER ESTEBAN / El Mundo

ANTONIO BASAGOITI

Zapatero embustero

La entrevista, por teléfono, se hace coincidir en el ecuador de la legislatura vasca para repasar los movimientos del mundo abertzale, de los que él desconfía. Sabe que es un barón en alza del PP, un espejo para muchos que admiran su capacidad de alcanzar consensos antaño inimaginables. No es un político políticamente correcto. Por eso sigue siendo un fumador empedernido muy crítico con la nueva ley y que accede a que se le fotografíe con un cigarrillo en la mano. «Reconozco que fumo menos, pero si el Gobierno quería arruinar a la hostelería en plena crisis, lo está consiguiendo», sentencia mientras aventura que le va a caer de todo por posar fumando. Es un conservador con alma transgresora.

Pregunta.- ¿El silencio de Sortu tras la detención de etarras es la prueba de que son los mismos con otro collar?

Respuesta.- Yo no esperaba nada de la decimotercera marca de Batasuna y no me sorprende lo que hacen respecto a sus hermanos mayores. Me han criticado por hablar de cuarentena democrática, pero su reacción con las detenciones muestra que no es todo como quieren hacerlo ver. Los avances contra ETA en los últimos años no dependen de que ETA lo quiera dejar, sino de que el Estado de Derecho actúe con firmeza.

P.- ¿Y esa cuarentena democrática que pide no choca con la legalidad vigente?

R.- Es evidente que no hay un precepto legal, pero al hablar de cuarentena democrática me refiero a hacer un ejercicio de prudencia. Hace falta tiempo para ver la realidad de la evolución de ese mundo. Tal vez se pueda reformar la ley para que haya un periodo de carencia desde que uno dice que respeta a la democracia hasta que se demuestra. Si ocurre yo lo apoyaré, pero mientras tanto, si hay gente que quiere dejarlo, el tiempo lo demostrará.

P.- Vamos, que la única salida es la firmeza y no hacer caso a los cantos de sirena de su brazo político.

R.- ETA es débil porque ha funcionado la cooperación internacional, la eficacia policial y la unidad del PP y el PSOE. Ellos dicen que nos quieren perdonar la vida si cedemos, y nosotros debemos acabar con ellos y no entrar en su juego.

P.- Sería un error legalizar Sortu o permitirle entrar en las instituciones, solo o agazapado en otras siglas...

R.- Sería un grave error, porque hay un fanatismo identitario que no tiene cabida en democracia. No pueden estar en las instituciones porque antes deberían abandonar su proyecto totalitario. El final de ETA sólo se puede lograr siendo exigentes.

P.- ¿Confía en que la Justicia y el Gobierno impidan que se cuelen?

R.- La política antiterrorista es una historia llena de engaños y yo me remito a los hechos. Y mientras sean los que nos han traído aquí, el PP seguirá arrimando el hombro. Yo sí daría un aviso para navegantes: si alguien piensa en meter la pata, que tenga mucho cuidado, porque el próximo presidente del Gobierno será Rajoy y la va a sacar.

P.- ¿Cómo pueden meter la pata? ¿Pueden estar negociando bajo cuerda con ETA? ¿Todo está pactado?

R.- Si alguien quiere plantear una negociación con ETA o algún tipo de beneficio para los asesinos, mañana otro presidente del Gobierno lo echará para atrás. Que nadie tenga tentaciones y que los etarras no piensen en negociar nada, porque esa negociación carecerá de validez.

P.- ¿Es un aviso a Zapatero?

R.- A Zapatero y a ETA. Aviso de que no vale ninguna negociación, que en cuanto llegue el PP al Gobierno sólo cabe que reconozcan el daño causado y el Estado de Derecho.

P.- Da la sensación de que usted está comprando el discurso de Mayor Oreja cuando afirma que el Gobierno nunca ha dejado de negociar.

R.- Mayor Oreja hace un diagnóstico político y una reflexión, pero no hay ninguna prueba de eso. No creo que ahora estemos en la misma situación que hace cuatro años, cuando el PSOE negoció con Navarra y se sentó con la banda terrorista. Ahora se quiere llegar al final del terrorismo, y a veces hay tentaciones de acelerarlo intentando hacer pasar por buenos a los de Batasuna. Eso es lo que está pasando, pero no creo que haya una negociación política.

P.- ¿De quién se fía más, de Eguiguren, que dice que hay que ilegalizar Sortu, o de Rubalcaba cuando afirma lo contrario?

R.- No me fío de ninguno. Rubalcaba ha dicho muchas veces que no estaba haciendo cosas que luego estaba haciendo. Y Eguiguren siempre se equivoca. Siempre dice que ésta es la definitiva, que se han convertido, y nunca es así.

P.- Supongo que de Patxi López sí se fía, porque le sigue apoyando...

R.- Me fío más de cosas que hace el Gobierno vasco que de algunos discursos plagados de buenismo.

P.- O sea, que se apunta a la tesis de que el final de esta historia se escribirá con vencedores y vencidos...

R.- Aquí debe triunfar el Estado de Derecho y la democracia, y los etarras tienen que reconocer el daño causado, porque eso será la mejor vacuna para que no haya nuevos terroristas. Si no se reniega de ese pasado, habrá un peligroso caldo de cultivo para el futuro. Por tanto, más que vencedores y vencidos lo que hay es el triunfo del Estado de Derecho frente al totalitarismo.

P.- Se cumplen dos años de las elecciones vascas. ¿Ha merecido la pena ese apoyo del PP al PSOE a cambio de nada?

R.- Sí. No hemos sacado nada material a cambio, ni consejerías, ni coches oficiales, ni nada. Hemos sido muy generosos, pero muy exigentes en los principios políticos, y eso ha servido. Nunca se había firmado un pacto ni en el País Vasco ni en España en función de la libertad, la convivencia o el fin de la impunidad. Han sido los dos años de mayor tranquilidad, estabilidad y libertad de la Historia del País Vasco. Yo no cambio ni una sola prebenda del poder por los principios que pactamos.

P.- Bueno, también le gustaría tocar poder con letras mayúsculas.

R.- Quiero tener las manos libres para no estar pillado por el poder. Si un día no comparto algo fundamental de lo que haga el Gobierno de Patxi López y yo tengo 100 personas colocadas en las consejerías, me sería mucho más difícil exigirle que haga lo que debe.

P.- En resumen, que López ha cumplido y el pacto entre ustedes goza de buena salud.

R.- Por ahora, el espíritu del pacto está más o menos cumplido, porque se basaba en acabar con la impunidad de ETA y prestigiar marcos de convivencia como el Estatuto o la Constitución.

P.- ¿Su apoyo tiene final pase lo que pase a nivel nacional entre el PSOE y el PNV?

R.- Si se cumple lo acordado, el PP de Euskadi va a seguir apoyando al lehendakari, independientemente de lo que pase en otros ámbitos. Me importa mucho más la libertad y la convivencia que cuatro escaños.

P.- ¿Y está dispuesto a ceder otra vez la Diputación de Álava, o eso se acabó?

R.- El PP no aceptará de ninguna manera que nos quiten la Diputación de Álava, que vamos a ganar. Eso lo saben los socialistas. Hemos sido generosos en lo material. Ahora le toca a otros serlo.

P.- La Diputación de Álava será del PP cueste lo que cueste...

R.- Sí, será del PP, porque además imagino que a López le gustará seguir siendo el lehendakari.

P.- Eso es una advertencia, casi una amenaza en toda regla...

R.- Sí, y póngalo así. La Diputación de Álava no es negociable si Patxi López quiere seguir siendo lehendakari.

P.- ¿Usted hubiera consentido que Rajoy le hiciera lo que Zapatero le está haciendo a López, pactando en Madrid con el PNV, que aquí es su principal adversario?

R.- Yo no le hubiera consentido jamás a Rajoy que me ninguneara así, por mucho que necesitara al PNV. Con el PNV Zapatero ha sido más zapaterista que nunca, le ha importado más él y mantenérse en el poder que el interés del País Vasco y de España. Pero eso no es novedad.

P.- ¿Qué le parece que Patxi López califique de «protesta preventiva» la convocatoria unitaria de las víctimas, que usted apoyará?

R.- Yo espero que Patxi López desconfíe más de las manifestaciones que piden legalizar a Sortu que de las de las víctimas. Esa marcha convocada por la principal asociación de víctimas es para apoyar al Gobierno y que siga con la exigencia contra ETA; por eso es impecable.

P.- Oiga, ¿el caso Faisán puede ser la tumba política de Rubalcaba?

R.- A mí me da igual que el caso Faisán sea la tumba política de Rubalcaba o no, lo que me importa es que casos como ése dificultan el final del terrorismo, porque ayudan a que los fanáticos vean que el Estado de Derecho actúa en función de intereses de partidos o de gobiernos. El Faisán ha dificultado que el Estado de Derecho acabe con el terrorismo. Por eso hay que depurar responsabilidades sobre este caso hasta sus últimas consecuencias.

P.- ¿También usted ve paralelismos entre el GAL y el Faisán en los modos de actuar?

R.- Las consecuencias son distintas. En el GAL se asesinaron a veintitantas personas, y en el Faisán no ha muerto nadie, pero la concepción ideológica es aún peor. El GAL fue, en teoría, acabar con ETA, y el Faisán parece que ha sido para beneficiar a ETA. Ideológicamente es aún peor, aunque las consecuencias no sean las mismas. El Faisán y el GAL son dos caras de la misma moneda, la moneda de los atajos en la lucha contra el terrorismo, que siempre son y serán nefastos.

P.- ¿Rubalcaba sería peor adversario para Rajoy que Zapatero?

R.- Rubalcaba es inteligente y hábil, pero es zapaterismo puro. Su política es idéntica que la de Zapatero, la del atajo corto, la agresión al rival político, la de pensar en el interés particular más que en el general, y la ineficacia económica.

P.- ¿También da por hecho, como dicen las encuestas, que Rajoy ganará las elecciones sin despeinarse?

R.- No quiero creer los sondeos porque no quiero relajo en el PP. Zapatero puede tener más vidas que un gato, lo ha demostrado, y España necesita tanto un cambio que no hay que cruzar los brazos mientras llega.

P.- Si Rajoy ganara y le propusiera ser ministro, ¿aceptaría?

R.- Sería un honor que me dijera algo así, pero mis prioridades políticas no van por ahí. Mi principio y mi final están en el País Vasco.

P.- Vamos, que su sueño es ser lehendakari, no ministro...

R.- Es mucho más importante ser lehendakari que ministro, y objetivamente es más improtante ser alcalde de Bilbao que ser ministro.

P.- ¿Y la candidatura de Camps, que se sentará en el banquillo, no le va a complicar a Rajoy su camino hacia La Moncloa?

R.- Los críticos de Camps se están pasando tantos pueblos que al final las críticas se les volverán en contra. Camps es un hombre honesto y su error, si acaso, fue confiar en personas no muy de fiar. Camps es austero, no tiene casas ni coches de lujo y no parece que se corrompa por un par de trajes. Es curioso que la Fiscalía se tome mucho más interés por unos trajes que por cientos de pensiones repartidas entre amiguetes.

P.- ¡Menudo chollo para algunos nacer con una pensión debajo del brazo! ¿Qué le parece el tema de los ERE en Andalucía?

R.- Una chorizada y un escándalo nacional. Es vergonzoso que unos cuantos, creyéndose impunes, se aprovechen de los pensionistas que llevan toda su vida trabajando. Es vergonzoso que nadie haya asumido su responsabilidad política. Demuestra que es urgente un cambio en Andalucía, que se ventile toda esa podredumbre y que entre aire fresco.

P.- Por último, dígame. ¿Qué le parece la reducción de la velocidad a 110 kilómetros, como paradigma de la política energética del Gobierno?

R.- Una prueba de que este es el Gobierno de la ocurrencia y de que estamos en manos de incompetentes. Y, además, sirve para tocar las narices a mucha gente. Creo que deberíamos aumentar el límite de velocidad, como se ha hecho en otros países, porque donde más se consume es en los atascos y en las ciudades. Creíamos que Zapatero estaba todavía mirando a la Transición y ahora lo tenemos anclado en el 73, en el Simca 1200 y el Renault 5

J. M. ALONSO / San Sebastián

«ETA ya ha cumplido con lo que se le exigía»

La izquierda 'abertzale' dice que «ahora le toca cumplir al Estado español»

La izquierda abertzale insistió ayer en su apuesta «nítida» por avanzar «en el camino de la independencia por vías pacíficas y democráticas», y señaló que «ahora le toca al Estado español cumplir con lo que una mayoría social de Euskal Herria le exige», ya que con la decisión de alto el fuego «permanente, general y verificable» anunciado en enero, ETA «ha cumplido con lo que se le exigía».

A través de un comunicado, la izquierda abertzale precisó que con el acto celebrado el sábado en San Sebastián por el Acuerdo de Guernica «se cerró la fase de socialización del acuerdo para pasar a la fase de cumplimiento del mismo».

Por ello, denunció que en la última semana han tenido lugar «diversos episodios que dejan al descubierto la actitud del Estado español ante el nuevo escenario impulsado por la izquierda abertzale», en alusión a las detenciones de cuatro etarras y de jóvenes integrantes de Segi.

Dijo que «el Gobierno de Madrid y sus acólitos están muy lejos de mostrar la talla política que exige» la situación en Euskadi y criticó «la cerrazón política y el inmovilismo de los que pretenden perpetuar la imposición» en Euskadi, anteponiendo «intereses políticos cortoplacistas». El comunicado, defiende que el alto el fuego de ETA supone «un gran avance hacia una situación de no violencia con garantías» y sostiene que «le corresponde al Estado garantizar una situación de mínimos democráticos que permita avanzar en la consolidación de un escenario irreversible de soluciones políticas y democráticas».

La izquierda abertzale afirma que el Gobierno «debe aceptar que la utilización de la coacción, tortura e ilegalización de partidos no puede formar parte de su estrategia para conseguir sus objetivos políticos en Euskal Herria».

Por su parte, Aralar y EA rechazaron ayer las acusaciones del consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, de «legitimar y dar alas a los terroristas y a quienes les amparan» con su actitud «indecente» e «infame» por exigir que se acaben las detenciones de miembros de ETA. Y lejos de atender a la exigencia de una rectificación pública por el manifiesto suscrito junto a la izquierda abertzale, se reafirmaron en sus exigencias de que se ponga fin a los arrestos y las torturas y respondieron a los reproches del consejero de Interior con advertencias de que no permitirán sus «amenazas».

El coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, dijo que Ares «carece de legitimidad» para exigir «cuentas» a su partido por su «política de exclusiones», mientras que el responsable de EA, Pello Urizar, le reprochó su interés por «condicionar cada paso que se da» en el proceso de pacificación con sus continuas exigencias al resto de fuerzas políticas, entre ellas a posicionarse públicamente ante cualquier acto, y con unas actuaciones marcadas por «una carga política muy profunda».

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